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Florecen sin cesar todo el verano y crecen a gusto en macetas cuanto más profundas mejor. Sus esbeltas cabezas florales, que se elevan sobre un manojo de largas hojas acintadas, hacen del agapanto una planta perfecta para llenar de azules y blancos una terraza o un patio. Además, es tan elegante como resistente a la sequía y poco exigente en el cultivo.
Esta especie nativa de la región del Cabo, en Sudáfrica, resistente a la sequía y poco exigente en el cultivo, permite crear atractivas alineaciones y grupos en los espacios de exterior: solo se necesitan macetas sobre todo profundas para que las matas formadas por una profusión de largas hojas luzcan en todo su esplendor y emitan sus flores, que cada año serán más abundantes y grandes. Obviamente plantadas en tierra directa son un exito asegurado. Para que el follaje y las varas florales puedan ofrecer toda su belleza, los tiestos no se deben colocar demasiado juntos. Se pueden disponer a diferentes alturas, combinados con plantas verdes para que el conjunto resulte aún más bonito. El agapanto puede vivir bien al aire libre e incluso en jardines secos o junto al mar. Si el invierno es muy frío perderá el follaje, pero el rizoma será capaz de generar nuevas plantas la siguiente primavera. Las flores son nectaríferas y atraen a las abejas y mariposas.
• Un lugar al sol o protegido si se trata de una zona muy calurosa o donde las heladas superen los -7º. Toleran la sequía una vez establecidos. No les afecta el aire del mar. En las zonas muy frías conviene llevar las macetas a cubierto durante el invierno.
• El sustrato ha de ser ligero, humífero y algo ácido. Lo ideal es una mezcla de tierra de jardín y arena para que drene bien y no se pudra el rizoma.
• En maceta, esta debe ser espaciosa y con agujero de drenaje para que el agua no se acumule en la base.
• Necesitan riego moderado. Durante la época de crecimiento y floración es importante que el sustrato permanezca ligeramente hidratado, pero no encharcado. Si las hojas amarillean es signo de que el suelo está demasiado húmedo. En invierno debe mantenerse prácticamente seco.
• Acolchar el sustrato ayudará a que la humedad se mantenga y protegerá el rizoma en los meses más fríos.
• Un aporte mensual de abono para plantas de flor potenciará el crecimiento y la floración.
• Recortar las varas florales marchitas incentiva la refloración. Si la parte aérea desaparece, las hojas secas se deben podar al ras al final del invierno para asegurar una brotación vigorosa.
• Los agapantos son plantas resistentes a las plagas y enfermedades en general. Es importante mantener los caracoles y babosas a raya.
• Es recomendable dividir las matas cada seis o siete años, a finales del verano, para rejuvenecerlas y multiplicar los ejemplares.
Florecen sin cesar todo el verano y crecen a gusto en macetas cuanto más profundas mejor. Sus esbeltas cabezas florales, que se elevan sobre un manojo de largas hojas acintadas, hacen del agapanto una planta perfecta para llenar de azules y blancos una terraza o un patio. Además, es tan elegante como resistente a la sequía y poco exigente en el cultivo.
Esta especie nativa de la región del Cabo, en Sudáfrica, resistente a la sequía y poco exigente en el cultivo, permite crear atractivas alineaciones y grupos en los espacios de exterior: solo se necesitan macetas sobre todo profundas para que las matas formadas por una profusión de largas hojas luzcan en todo su esplendor y emitan sus flores, que cada año serán más abundantes y grandes. Obviamente plantadas en tierra directa son un exito asegurado. Para que el follaje y las varas florales puedan ofrecer toda su belleza, los tiestos no se deben colocar demasiado juntos. Se pueden disponer a diferentes alturas, combinados con plantas verdes para que el conjunto resulte aún más bonito. El agapanto puede vivir bien al aire libre e incluso en jardines secos o junto al mar. Si el invierno es muy frío perderá el follaje, pero el rizoma será capaz de generar nuevas plantas la siguiente primavera. Las flores son nectaríferas y atraen a las abejas y mariposas.
• Un lugar al sol o protegido si se trata de una zona muy calurosa o donde las heladas superen los -7º. Toleran la sequía una vez establecidos. No les afecta el aire del mar. En las zonas muy frías conviene llevar las macetas a cubierto durante el invierno.
• El sustrato ha de ser ligero, humífero y algo ácido. Lo ideal es una mezcla de tierra de jardín y arena para que drene bien y no se pudra el rizoma.
• En maceta, esta debe ser espaciosa y con agujero de drenaje para que el agua no se acumule en la base.
• Necesitan riego moderado. Durante la época de crecimiento y floración es importante que el sustrato permanezca ligeramente hidratado, pero no encharcado. Si las hojas amarillean es signo de que el suelo está demasiado húmedo. En invierno debe mantenerse prácticamente seco.
• Acolchar el sustrato ayudará a que la humedad se mantenga y protegerá el rizoma en los meses más fríos.
• Un aporte mensual de abono para plantas de flor potenciará el crecimiento y la floración.
• Recortar las varas florales marchitas incentiva la refloración. Si la parte aérea desaparece, las hojas secas se deben podar al ras al final del invierno para asegurar una brotación vigorosa.
• Los agapantos son plantas resistentes a las plagas y enfermedades en general. Es importante mantener los caracoles y babosas a raya.
• Es recomendable dividir las matas cada seis o siete años, a finales del verano, para rejuvenecerlas y multiplicar los ejemplares.